Operación para frenar el derrame.
En marcha nueva operación para frenar el derrame
La compañía petrolera británica British Petroleum (BP) puso en marcha un nuevo intento para tratar de detener el derrame de crudo en el Golfo de México, que va camino de convertirse en una de las peores catástrofes ecológicas de la historia de Estados Unidos.
La operación se conoce con el nombre de "top kill" y consiste en inyectar en el lugar de la fuga lodo y cemento, que cuando solidifiquen deberían frenar el flujo de petróleo y gas, para, en última instancia, permitir sellar el pozo.La compañía ha dado a este operativo unas posibilidades de éxito de cerca de 70% y sus operarios trabajan bajo fuerte presión para contener la fuga en esta tercera tentativa, después de fracasar en los dos primeros intentos de colocar un domo sobre ella.
Fuentes de la compañía adelantaron que pueden pasar un par de días antes de saber si la operación funciona.
La petrolera señaló que podría combinar el nuevo procedimiento con la inyección a presión de materiales oclusivos. Si la operación "top kill" no funciona, BP dijo que está considerando colocar otro domo contenedor sobre la fuga.
Según explicó la periodista de la BBC, Jane O’Brien, la compañía continuará transmitiendo en vivo a través de su página de internet imágenes del punto de origen del vertido durante el procedimiento del miércoles.
En la operación se inyectarán 8.000 litros de lodo por minuto, para intentar contrarrestar la fuerza del crudo y detener su flujo.
"70.000 barriles diarios"
El profesor Steven Wereley, de la Universidad Purdue (Indiana, EE.UU.), indicó que -basando sus cálculos en la observación de las imágenes del vertido proporcionadas por la petrolera británica- el derrame asciende a 70.000 barriles diarios de petróleo, una cifra muy superior a los 5.000 barriles diarios reconocidos por BP.
Mientras, la Casa Blanca informó que la petrolera está cumpliendo con la solicitud gubernamental de que se utilicen menores cantidades de dispersante tóxico para contener el derrame, después de que surgieran temores sobre su impacto en los ecosistemas marinos.
Pero BP dijo que está teniendo dificultades para lograr suministros de un tipo de dispersante alternativo menos tóxico.
No hay garantías plenas
Según Obama, si esta operación funciona, "debería contribuir a reducir fuertemente o eliminar el flujo de petróleo que ahora fluye del fondo marino. Y si no, hay otros enfoques que pueden ser viables".
El presidente recordó que no hay plenas garantías del éxito de la operación, pero insistió que el "desgarrador" derrame de petróleo pone en relieve la necesidad de encontrar fuentes alternativas de energía. "No descansaremos hasta que este pozo se cierre y el medio ambiente sea reparado", agregó.
Está previsto que Obama realice el viernes una segunda visita a la zona afectada por el derrame en el estado de Lousiana, para comprobar sobre el terreno el impacto del vertido y los esfuerzos de BP para contenerlo.
Obama enfrenta un creciente malestar de la opinión pública por la gestión del vertido y algunos analistas advierten que los votantes podrían castigar a los demócratas en las elecciones legislativas de noviembre.
Modificación de la ley
Los legisladores estadounidenses han presentado diversos proyectos de ley para aumentar el monto de las compensaciones hasta los US$10.000 millones.
El Departamento de Justicia dijo que el Congreso podría imponer retroactivamente un límite compensatorio más alto a la petrolera BP para pagar los daños del derrame en el Golfo de México.
Por otro lado, el secretario de Interior de EE.UU., Ken Salazar, dijo que un informe reveló que los inspectores del la oficina del Servicio de Gestión de Minerales (MMS, por sus siglas en inglés) encargados de supervisar a la industria petrolera, habrían violado normas éticas al aceptar en más de una ocasión regalos e invitaciones a comidas por parte del sector.
"Este informe inquietante es una prueba más de la relación íntima entre algunos miembros del MMS y la industria", aseguró Salazar.