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Simón Bolívar: una obsesión de Chávez

El presidente Hugo Chávez en una fotografía de archivo del 10 de febrero de 2010 frente a una pintura del héroe independentista de Venezuela Simón Bolívar en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas. Para Chávez,  Bolívar es más que un padre fundador que debe ser festejado una vez al año en el aniversario de su natalicio.
El presidente Hugo Chávez en una fotografía de archivo del 10 de febrero de 2010 frente a una pintura del héroe independentista de Venezuela Simón Bolívar en el palacio presidencial de Miraflores en Caracas. Para Chávez, Bolívar es más que un padre fundador que debe ser festejado una vez al año en el aniversario de su natalicio.
Fernando Llano, archivo / Foto AP

The Associated Press

Para Hugo Chávez, Simón Bolívar es más que un padre fundador que debe ser festejado una vez al año en el aniversario de su natalicio; se trata del ícono y la inspiración de todo un movimiento político, cuyas palabras siguen teniendo vigencia, casi dos siglos después de su muerte.

Bolívar es una obsesión para Chávez.

El fervor del presidente por el libertador, a quien ha señalado como su guía desde los días en que el hoy mandatario era un soldado raso, va más allá de la admiración que expresa la mayoría de los venezolanos por su líder independentista, cuyo natalicio 227 será conmemorado el sábado.

El líder socialista se considera a sí mismo el emisario y discípulo moderno de Bolívar, por lo que encuentra paralelismos entre los esfuerzos de su héroe para liberar a Sudamérica del dominio español con su propia lucha para desafiar la influencia estadounidense en la región.

Los críticos señalan que Chávez busca definirse como la reencarnación de Bolívar, una acusación que el mandatario niega tajantemente.

La fascinación de Chávez por Bolívar alcanzó un nuevo nivel este mes, cuando dispuso la exhumación de los restos del prócer, con la esperanza de utilizar la ciencia forense moderna para confirmar su identidad y comprobar o descartar las sospechas (compartidas por el propio presidente) de que el libertador fue asesinado. En general, los historiadores señalan que Bolívar murió de tuberculosis.

Algunos venezolanos consideran que la decisión de Chávez es un exceso.

"Es una locura. Bolívar está muerto. Sus restos no se deben tocar", dijo Rosalinda Fuentes, ama de casa de 53 años, quien no simpatiza con Chávez pero tampoco con sus opositores.

En varios muros en Caracas, ha aparecido pintada una consigna que dice: "Déjame descansar en paz. Bolívar".

Pero Chávez difícilmente dejará de usar a Bolívar como su inspiración política y como un símbolo de nacionalismo muy efectivo entre sus seguidores.

Un retrato del prócer del siglo XIX suele aparecer en el fondo durante los discursos televisados de Chávez, en los que el mandatario lee frecuentemente escritos de Bolívar.

Su movimiento político, la Revolución Bolivariana, toma el nombre del héroe. Poco después de asumir, en 1999, Chávez presionó a una asamblea electa por voto popular y llena de aliados del presidente, para que cambiara el nombre del país por el de República Bolivariana de Venezuela.

Chávez ha prometido construir un monumento a Bolívar, en la cima de las montañas que rodean Caracas.

Y en los actos públicos, suele blandir la espada de Bolívar, de oro con más de 1.000 piedras preciosas incrustadas, incluyendo diamantes y rubíes.

Chávez ha obsequiado réplicas de la espada, bañadas en oro, a varios aliados extranjeros, incluido el líder cubano Fidel Castro y el presidente iraní Mahmud Ahmadinejad.

Los rivales de Chávez afirman que el presidente manipula intencionalmente la historia de Bolívar para servir a sus propios intereses políticos.

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