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MUEREN AHOGADAS TRES PERSONAS; VICTIMAS INCLUYEN PADRE E HIJO, UN PESCADOR


Tres personas, incluyendo padre e hijo, éste último menor de edad, resultaron ahogados la tarde de este domingo último en la playa de Cofresí y el Banco de La Plata, según reportó la Policía Nacional en Puerto Plata.

Las victimas fueron: Darío Ozoria Almonte, de 51 años de edad; su hijo Francis, de 16 años y el pescador Julio César Rubio Feliz, de 40 años de edad.

La Dirección Regional Norte de la institución del orden público reportò que padre e hijo disfrutaban de un baño en la playa de Cofresí cuando de repente fueron arrastrado mar adentro por las corrientes marinas.

De inmediato, brigadistas de diferentes organismos de socorro llegaron al lugar y comenzaron las tareas de búsqueda de ambos desaparecidos, pero pasadas varias horas solamente había encontrado el cuerpo sin vida de dicho menor, mientras la mañana de este lunes continuaban la búsqueda del padre de este que aun está desaparecido.

Ambas victimas participaban de un fin de semana festivo en la playa de Cofresí cuando resultaron ahogadas. Padre e hijo residían en el barrio Pueblo Nuevo, del municipio de Santiago.

Ozoria Almonte, mecánico de profesión, encontró la muerte cuando trató de rescatar a su hijo que se estaba ahogando, pero al final también arrastrado por las olas embravecidas del Océano Atlántico.

En tanto, que Rubio Feliz, considerado un “verdadero buzo pesquero”, perdió la vida a causa de una embolia gaseosa cuando realizaba pesca submarina en el Banco de La Plata, próxima a las Costas del Nordeste de la República Dominicana.

Rubio Feliz, oriundo del municipio de Enriquillo, de la provincia sureña de Barahona, residía desde hace varios años en una vivienda de su propiedad ubicada en  la calle segunda de la Urbanización “General Gregorio Luperòn” y trabajaba como buzo pesquero en la embarcación Normanda II, cuyos propietarios se desconocen por el momento.

Mientras, que sus familiares tuvieron que aguardar por la llegada de su cadáver, el cual fue traído por compañeros de labores por el puerto del municipio de Luperòn, siendo trasladado de inmediato al hospital público de Puerto Plata “Ricardo Limardo”.

Posteriormente, dicho cadáver le fue entregado a parientes y amigos, con el propósito de darle cristiana sepultura en el cementerio de esta ciudad.
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