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Haití se somete a elecciones, la gran prueba de fuego para su futuro.

El presidente haitiano, ha expresado su deseo de ceder el puesto a un nuevo mandatario tras estas elecciones
PUERTO PRÍNCIPE. - Las elecciones del próximo domingo serán una verdadera 'prueba de fuego' para el futuro de Haití, un país que intenta afianzar sus instituciones y reponerse de los golpes de los últimos años, entre ellos un demoledor terremoto que causó 300,000 muertos y una mortífera epidemia de cólera.
Las votaciones, las primeras tras el seísmo de enero, tendrán un carácter decisivo porque el gobierno que salga de las urnas dirigirá, junto a la comunidad internacional, los planes de reconstrucción del país proyectados tras el terremoto.


El presidente haitiano, René Preval, ha expresado su deseo de ceder el puesto a un nuevo mandatario tras estas elecciones y, a pesar de que sus adversarios políticos afirman que tiene un gran apego al poder, él defiende los comicios porque, según ha dicho, "sin democracia no puede tener éxito" el proyecto de recuperación del país.


En palabras de Edmond Mulet, jefe de la Misión de Estabilización de la ONU desplegada en el país, la Minustah, la celebración de elecciones "es esencial para el desarrollo del país". Las elecciones pueden evitar una situación de fragilidad política prolongada nada conveniente para una nación que ha pasado por numerosas etapas de inestabilidad y que está envuelta en un proceso de reconstrucción integral. 

El gobierno confía en que, con la formación de un nuevo gabinete, la comunidad internacional se decida a agilizar los desembolsos comprometidos para poner en marcha los proyectos de reconstrucción, cifrados en más de 10.000 millones de dólares y de los que sólo se ha recibido alrededor del diez por ciento, según una fuente del Ejecutivo.
Por eso, a pesar de los contratiempos y de las peticiones de aplazamiento de algunos partidos políticos, la convocatoria electoral se mantiene vigente y 4,6 millones de haitianos están llamados a las urnas para elegir al sucesor del presidente René Preval, a 11 de los 30 senadores y a los 99 diputados. 

Y es que avances en aspectos tan indispensables como el acceso al agua, a los servicios de salud, a la educación y a infraestructuras están supeditados al desarrollo de estos planes, reclamados por el pueblo, en especial por los cerca de 1,3 millones de personas que malviven en tiendas de campaña y bajo carpas desde que se produjo el trágico terremoto.
Diez meses después de aquel drama, las elecciones se celebrarán sin que se haya solucionado la situación de los desplazados, agravada por la falta de higiene, por la inseguridad y por nuevas catástrofes, como la epidemia de cólera y el paso del huracán "Tomás", que aumentó la fragilidad de los desplazados.


De EFE
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