Barbara Bush, esposa de un ex presidente republicano de Estados Unidos y madre de otro, cree que la adalid del movimiento "Tea Party'', Sarah Palin, debería quedarse en Alaska, el estado del cual fue gobernadora, según una entrevista que difundirá hoy la cadena CNN de televisión.

Bush, de 85 años de edad, es la esposa de George H.W. Bush, quien fuera presidente de EE.UU. entre 1989 y 1993, y la madre de George W. Bush, el presidente de 2001 a 2009.

Durante la entrevista en el programa "Larry King Live'', Bush recordó que una vez estuvo "sentada cerca'' de Palin, de 46 años, y tuvo la impresión de que "es una mujer hermosa''.

''Y se la ve muy feliz en Alaska'', dijo Bush añadiendo que espera que Palin "se quede allá''.

Palin fue la primera mujer candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano, como compañera de fórmula del senador de Arizona John McCain, en 2008. Desde entonces, ha emergido como una de las figuras más prominentes del "Tea Party'', y muchos analistas creen que podría ser candidata presidencial en 2012.

Barbara estuvo en el programa de Larry King junto con su esposo, quien habló sobre el ‘‘Tea Party'', y dijo que "si bien algunas de sus ideas son muy sensatas'' no está seguro de la forma en que ese movimiento se insertará en el escenario político más amplio.

El "Tea Party'' dio ímpetu a los votantes que el pasado 2 de noviembre ganaron decenas de escaños en el Congreso para el Partido Republicano, y uno de sus principios fundamentales es el recorte del gasto y del papel del Gobierno en la economía.

Aunque el "Tea Party'' no reconoce una organización centralizada ni ha producido, todavía, un dirigente reconocido por todos sus seguidores, muchos de sus portavoces han criticado a los ex presidentes Bush y al Partido Republicano como "falsos conservadores''.

Durante las gestiones de ambos presidentes Bush crecieron sustancialmente tanto el déficit fiscal como la deuda nacional de Estados Unidos.

Palin, por ejemplo, ha criticado duramente los grandes programas de salvamento financiero del Gobierno de EE.UU. para el sistema bancario y las agencias hipotecarias. Una parte sustancial de ese salvamento la promulgó en 2008 el entonces presidente George W. Bush.

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