Tropas EE.UU. abandonan Irak sin guerra estar ganada
El fin de la misión en Irak está previsto para diciembre de 2011 y EE.UU. dejará hasta entonces un remanente de 50.000 soldados de apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes.
Soldados estadounidenses
WASHINGTON.- Las tropas de combate de Estados Unidos abandonan Irak en un momento de inestabilidad -el Gobierno sigue sin formarse cinco meses después de las elecciones- y un día después de un grave ataque que demuestra, según los analistas, que la guerra no está ganada.
Aunque "ha habido algunos progresos reales" desde que entraron las tropas estadounidenses en 2003, "sigue habiendo muchos retos en materia de seguridad", reconoció esta semana el embajador saliente de EE.UU. en Irak, Christopher Hill.
Y es que aunque el fin de la misión en Irak está previsto para diciembre de 2011 y EE.UU. dejará hasta entonces un remanente de 50.000 soldados de apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes, la retirada de las tropas de combate plantea dudas sobre el futuro político y la seguridad en el país, tras un ataque suicida contra un centro de reclutamiento que causó 61 muertos.
"Si todo va bien, se podrá mantener la reducción de tropas y probablemente el proceso será rápido", indicó Kenneth Pollack, director del Saban Center for Middle East Policy de la Brookings Insitution, en la página web del centro. Si por el contrario va mal, la situación "podría empujar al país a una guerra civil" advirtió.
En este contexto, destacó el papel que tendrán las fuerzas de seguridad iraquíes, entrenadas durante meses por el Ejército estadounidense, para evitar este trágico desenlace.
"Nadie sabe cómo se va a comportar el Ejército iraquí cuando los militares estadounidenses se hayan ido de verdad", explicó Pollack, que añadió que se han "visto ejércitos que todo el mundo creía que eran completamente profesional cambiar y derrocar gobiernos democráticos", haciendo referencia al caso de Nicaragua por lo que no se puede "simplificar este problema".
Pero para Korb Lawrence del Center for American Progress, la noticia no ha sido una sorpresa ya que, según recordó, las tropas estadounidense dejaron los pueblos y principales ciudades en junio de 2009 y lo que están haciendo es cumplir con el calendario establecido.
"Es importante tener presente que las tropas salieron en junio de 2009 a petición de Irak, con lo que la retirada comenzó hace un año", dijo a Efe.
Para el experto, la salida de la última brigada de combate "es una señal para gente de Irak de que vamos a mantener el acuerdo que el presidente (George) W. Bush firmó y no somos ocupantes en Irak".
"Los iraquíes insistieron en que nos fuéramos de las ciudades y los pueblos, por lo que aunque todavía tuviéramos 150.000 tropas allí no habría nada que pudiéramos hacer allí, sólo podemos actuar cuando los iraquíes nos lo pidan", señaló.
Korb consideró que "un país que tiene 600.000 efectivos por supuesto que está preparado" para asumir su seguridad y será una cuestión de "motivación" y "lealtad" de sus fuerzas de seguridad.
El anuncio de la retirada anticipada de las tropas de combate, previsto para el 31 de agosto en el acuerdo de seguridad firmado por la anterior administración, ha sido visto por algunos expertos como un golpe de efecto de la administración Obama.
"Por una parte cumple su promesa electoral de respetar el plazo de la retirada y por otro demuestra a los iraquíes que estamos cumpliendo", señaló a Efe Matthew Duss, del Center for American Progress. Para Duss ha sido la decisión correcta puesto que EE.UU. deja 50.000 soldados -que participarán en tareas de estabilidad, asesoramiento y capacitación a las tropas iraquíes- y dará legitimidad al sistema iraquí. "Es importante que los iraquíes vean que se rigen por su propio Gobierno", comenta Duss.
En cuanto al resultado tras siete años de guerra, Duss consideró que las tropas estadounidenses han luchado "para evitar el colapso completo de Irak" y dar al país "una oportunidad de un futuro democrático" pero "no se puede hablar de ganar o perder".
"Fuimos a la guerra por las razones equivocadas, no creo que se pueda llamar victoria", dijo Korb, que señaló que aunque Irak tiene que definir las relaciones con sus vecinos y cumplir sus objetivos, gracias a EE.UU. ha aumentado su peso en la región.
Aunque "ha habido algunos progresos reales" desde que entraron las tropas estadounidenses en 2003, "sigue habiendo muchos retos en materia de seguridad", reconoció esta semana el embajador saliente de EE.UU. en Irak, Christopher Hill.
Y es que aunque el fin de la misión en Irak está previsto para diciembre de 2011 y EE.UU. dejará hasta entonces un remanente de 50.000 soldados de apoyo a las fuerzas de seguridad iraquíes, la retirada de las tropas de combate plantea dudas sobre el futuro político y la seguridad en el país, tras un ataque suicida contra un centro de reclutamiento que causó 61 muertos.
"Si todo va bien, se podrá mantener la reducción de tropas y probablemente el proceso será rápido", indicó Kenneth Pollack, director del Saban Center for Middle East Policy de la Brookings Insitution, en la página web del centro. Si por el contrario va mal, la situación "podría empujar al país a una guerra civil" advirtió.
En este contexto, destacó el papel que tendrán las fuerzas de seguridad iraquíes, entrenadas durante meses por el Ejército estadounidense, para evitar este trágico desenlace.
"Nadie sabe cómo se va a comportar el Ejército iraquí cuando los militares estadounidenses se hayan ido de verdad", explicó Pollack, que añadió que se han "visto ejércitos que todo el mundo creía que eran completamente profesional cambiar y derrocar gobiernos democráticos", haciendo referencia al caso de Nicaragua por lo que no se puede "simplificar este problema".
Pero para Korb Lawrence del Center for American Progress, la noticia no ha sido una sorpresa ya que, según recordó, las tropas estadounidense dejaron los pueblos y principales ciudades en junio de 2009 y lo que están haciendo es cumplir con el calendario establecido.
"Es importante tener presente que las tropas salieron en junio de 2009 a petición de Irak, con lo que la retirada comenzó hace un año", dijo a Efe.
Para el experto, la salida de la última brigada de combate "es una señal para gente de Irak de que vamos a mantener el acuerdo que el presidente (George) W. Bush firmó y no somos ocupantes en Irak".
"Los iraquíes insistieron en que nos fuéramos de las ciudades y los pueblos, por lo que aunque todavía tuviéramos 150.000 tropas allí no habría nada que pudiéramos hacer allí, sólo podemos actuar cuando los iraquíes nos lo pidan", señaló.
Korb consideró que "un país que tiene 600.000 efectivos por supuesto que está preparado" para asumir su seguridad y será una cuestión de "motivación" y "lealtad" de sus fuerzas de seguridad.
El anuncio de la retirada anticipada de las tropas de combate, previsto para el 31 de agosto en el acuerdo de seguridad firmado por la anterior administración, ha sido visto por algunos expertos como un golpe de efecto de la administración Obama.
"Por una parte cumple su promesa electoral de respetar el plazo de la retirada y por otro demuestra a los iraquíes que estamos cumpliendo", señaló a Efe Matthew Duss, del Center for American Progress. Para Duss ha sido la decisión correcta puesto que EE.UU. deja 50.000 soldados -que participarán en tareas de estabilidad, asesoramiento y capacitación a las tropas iraquíes- y dará legitimidad al sistema iraquí. "Es importante que los iraquíes vean que se rigen por su propio Gobierno", comenta Duss.
En cuanto al resultado tras siete años de guerra, Duss consideró que las tropas estadounidenses han luchado "para evitar el colapso completo de Irak" y dar al país "una oportunidad de un futuro democrático" pero "no se puede hablar de ganar o perder".
"Fuimos a la guerra por las razones equivocadas, no creo que se pueda llamar victoria", dijo Korb, que señaló que aunque Irak tiene que definir las relaciones con sus vecinos y cumplir sus objetivos, gracias a EE.UU. ha aumentado su peso en la región.
De EFE