Con sus combinaciones de golpes y sus patadas demoledoras, Christine Alvarez parece una máquina de pelear encima del ring, capaz de destrozar con cualquier rival que se decida a enfrentarla.

Pero una vez que se quita los guantes y comienza a hablar, se advierte una ternura femenina que estaba oculta bajo los movimientos, los golpes y una actitud de poder con todo el mundo.

"Es que no hay nada reñido entre los ejercicios de combate y el hecho de ser mujer'', explica Alvarez, nacida y criada en Miami e hija de padres cubanos. "Por el contrario, este deporte beneficia mucho a las mujeres''.

Este deporte no es otro que el Kickboxing, una especialidad en la cual ha ganado ya dos peleas amateurs como preludio de lo que podría ser una fructífera carrera, si se decide saltar al profesionalismo.

Con 25 años, Alvarez ya es campeona del torneo Guantes de Oro en las 132 libras y es considerada una maestra de Kickboxing. No por gusto imparte clases de la disciplina, sólo para mujeres, en la Freestyle Fighting Academy.

"Todavía no estoy decidida del todo, pero lo estoy considerando'', afirma Alvarez sobre su futura trayectoria profesional. "Por el momento sigo compitiendo en los amateurs y ganando en experiencia''.

Para el agente deportivo Carlos Pérez, presidente de la entidad Miami Sports Consulting (MSC) y consejero de Alvarez, no hay duda de que la muchacha podría convertirse en una de las mejores exponentes en el mundo de las artes marciales.

"No se trata sólo de que Christine sea muy buena en su disciplina y le sobre el talento, sino de que posee esa espíritu de superación que acompaña a todos los que han triunfado en el deporte'', indica Pérez. "Ella nació para triunfar, porque no se acaba su sed de aprender''.

Y para aprender más, Alvarez voló a La Habana recientemente, donde recibió clases de boxeo de uno de los más renombrados entrenadores del equipo olímpico cubano, cuyo nombre no revela para no traerle problemas.

Durante dos semanas y media, Alvarez asistía un gimnasio en el corazón de la capital cubana para descubrir los secretos de la llamada "escuela cubana'', que tantos campeones ha dado en los amateurs.

Cuesta trabajo creer que Alvarez apenas práctico deportes en su infancia y que sólo un exceso de sobrepeso la empujó, hace alrededor de unos cinco años, a interesarse por el Kickboxing.

Pero una vez que comenzó, ya no lo abandonó más. A pesar de que estudió arquitectura y actualmente se encuentra en un curso de diseño, Alvarez siempre encuentra el tiempo para practicar y enseñar.

"Cuando empecé, en aquellos tiempos casi lo practicaban hombres nada más, de modo que ese fue un reto a vencer'', recuerda Alvarez.

Por estos días, Alvarez se prepara para un nuevo combate y aunque su mama le ruega que ‘‘por favor, no lo hagas'', la muchacha sigue adelante, depurando su técnica.

"Hay mucha gente que cree en mí, mis compañeros de la Academy, mis alumnas, así que mientras pueda seguiré combatiendo y enseñando'', recalcó Alvarez. "El Kickboxing me hizo una persona más completa, mejor''.