La niña de nueve años Margoth Rodríguez estaba durmiendo apaciblemente en la furgoneta de su familia al amanecer del martes cuando sus padres hicieron su habitual parada de mañana para comprar vegetales frescos.

Cuando la niña sintió que alguien ``conducía demasiado rápido'' la furgoneta, se despertó, sólo para ver a un extraño, no su padre, detrás del timón del Ford Astrovan de color blanco.

Fue entonces cuando la pequeña Margoth comenzó a gritar.

El extraño volvió la cabeza y le ``dijo una mala palabra'', dijo después la niña. El hombre detuvo la furgoneta, abrió la puerta y escapó del lugar.

Una aterrorizada Margoth cerró la furgoneta y no la abrió —ni siquiera para alguien que acudió a rescatarla— hasta que llegó su padre.

El padre de Margoth, Richard Rodríguez, dijo que él y su esposa, Reina, hicieron su escala de siempre en el mercado Golden Crown Depot ubicado en la calle 21 y la avenida 13 del noroeste para comprar al por mayor mangos que después venden en la calle. Rodríguez dijo que dejó la furgoneta andando para que su hija que estaba durmiendo tuviera aire acondicionado.

``Cuando estábamos listos para pagar, miré hacia donde había dejado el van parqueado, y vi que había desaparecido'', indicó Rodríguez.

Entonces, empezó a gritar, pidiendo ayuda.

Javier Avila, de 27 años, empleado del mercado, se subió a un montacargas y salió a buscar a la niña y la furgoneta robada.

Avila encontró la furgoneta en el medio de la calle con Margoth encerrada dentro, todavía gritando.

``La niña no quiso abrir la puerta hasta que llegó su padre'', dijo Avila. Rodríguez llegó pocos minutos después y abrazó a su hija. ``Nunca más la voy a dejar en un carro sola, nunca más, ni siquiera por un segundo'', dijo.

``Empecé a gritar'', dijo más tarde Margoth. Dijo que no saltó de la furgoneta, ``porque no quería hacer algo estúpido''.

La policía dijo que la niña era muy inteligente. Elogió su agudo sentido de observación para los detalles luego que dio una buena descripción del sujeto que se llevó el vehículo.

Según la descripción de Margoth, la policía está buscando a un hombre de piel oscura, de unos 40 años, cerca de 200 libras y seis pies de estatura, que vestía jeans y una camiseta marrón oscuro con rayas horizontales. De igual modo, analizaron el vehículo en busca de huellas dactilares.

Avila se sintió aliviado cuando la pequeña fue encontrada.

``Yo tengo rambién una niña pequeña'', dijo. ``Me pongo en la situación de ellos. Pensé que si actuaba con rapidez podía hallarla''.