Yoyito reabre y unas 50 personas acudieron en busca de trabajo
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Por ENRIQUE FLOR / El Nuevo Herald
eflor@elnuevoherald.com
Tras ofrecerle el pésame al dueño del restaurante Yoyito por la muerte de cuatro de sus empleadas, Yordanka Arango le preguntó si había alguna oportunidad de trabajo.
Como Arango, una camagüeyana de 34 años, unas 50 personas acudieron en la mañana del miércoles a Yoyito Café Restaurant, en Hialeah, en busca de empleo.
"La matanza que hubo aquí fue tremenda, ninguna de las trabajadoras merecieron ser víctimas de esta tragedia'', dijo Arango, desempleada desde hace un año. "Y con mucho respeto he venido a ver si puedo ocupar una posición para ganarme la vida''.
Para Eduardo Rodríguez, uno de los propietarios del restaurante familiar, el apoyo de la comunidad y el respeto de quienes buscaban empleo ha sido un motivo para reabrir el local, luego del tiroteo del domingo que acabó con la vida de cuatro empleadas y dejó en estado critico a otras tres. El autor del crimen sin antecedentes de esa naturaleza en Hialeah terminó suicidándose de un balazo.
"Tenemos mucha fe en superar esto, aunque emocionalmente es muy difícil porque las mujeres que murieron y las que fueron heridas no son sólo trabajadoras de Yoyito, ellas son parte de nuestra familia'', comentó Rodríguez.
Entre las mujeres que acudieron a buscar empleo estaban las cubanas Margarita y Milagros, suegra y nuera respectivamente que prefirieron no dar sus apellidos.
"Hace casi un año no encuentro trabajo y lo mismo la esposa de mi hijo, por eso hemos venido, y nos han citado para mañana [jueves], y antes que nada dimos nuestras condolencias por lo que pasó aquí'', dijo Margarita, de 45 años, quien llegó hace 10 años de La Habana.
El restaurante, en el 495 este de la calle 49, volvió a abrir su puertas al público a las 5 de la mañana. Desde esa hora, los clientes habituales empezaron a sentarse en la barra de la cafetería.
"En estos días hemos dormido muy poco, preocupados por todo lo que pasó, pero hoy hemos vuelto a empezar'', dijo Rodríguez luego de colocar una cinta negra en la fachada en señal de luto.
Rodríguez dijo que en medio del momento difícil que enfrenta el restaurante se mostró agradecido por la afluencia de público.
"Esta mañana y por la tarde, para el almuerzo, ha habido movimiento'', agregó.
En la acera del restaurante se encontraban las rosas que Lexania Matos, de 17 años, le dejó a su madre, Lavinia Fonseca, una de las mujeres asesinadas el domingo junto a Liazán Molina, Maysel Figueroa y Zaida Castillo. Otras tres permanecen en el Hospital Jackson por heridas de bala: Mayra de la Caridad, Ivet Coronado y Yasmín Domínguez.
El autor de la masacre fue Gerardo Regalado, el esposo de Molina. Ella lo había abandonado hacía un par de semanas.
Junto al ramo de flores, Lexania dejó una breve nota que decía: "Te amo por siempre mamá, yo sé que tú vives y que no me desamparas. Pero vuelve como antes porque es la única forma de que yo sea feliz. Te amo mamita, espero por ti. Tu hija, Lexania''.
Uno de los clientes que acudió el miércoles al restaurante fue el alcalde de Hialeah, Julio Robaina, quien mostró su respaldo a los propietarios y empleados.
"Parte de la cura de esta tragedia es abrir el negocio otra vez y seguir adelante, no sólo por el bien de los dueños de Yoyito, sino por el de sus empleados, la mayoría de los cuales son de Hialeah'', señaló el alcalde. "La solidaridad y el compromiso con este negocio, como con todos los negocios de Hialeah, hay que demostrarlo no sólo en tiempos de fiesta, sino en momentos tan difíciles como el que aquí se vive''.
Para el comisionado José "Pepe'' Yedra es importante que la comunidad apoye a este negocio para no sólo volver a la normalidad, sino para asegurar la fuente de trabajo de los empleados.
El restaurante cerró sus puertas a las 3 de la tarde para que los empleados pudieran acudir a los velorios de Lavinia Fonseca y Maysel Figueroa, ambos en Hialeah.