En el encuentro de la capital francesa participaron el canciller cubano, Bruno Rodríguez, su par español, Miguel Angel Moratinos, cuyo país ejerce la presidencia semestral de la UE, y representantes de Bruselas.

Se trató de un nuevo capítulo del diálogo político que ambas partes retomaron en 2008, tras un lustro de distanciamiento, pero un comunicado cubano al final de la reunión criticó la postura europea hacia la isla.
"La injerencista y unilateral Posición Común de la Unión Europea hacia nuestro país constituye el principal obstáculo para la normalización plena de las relaciones", dice el documento.
La Posición Común supedita desde 1996 los vínculos de Europa con Cuba a la mejora de la situación de derechos humanos y a la apertura democrática en la isla comunista.
Madrid aspiraba a modificar este marco de relaciones, pero Moratinos admitió tras la reunión de París que "siguen existiendo algunas diferencias en una voluntad de acercar posiciones", según la agencia española de noticias EFE.

La UE tiene previsto realizar próximamente la revisión anual de sus relaciones con Cuba, pero para que se decida algún cambio se necesita un consenso a nivel continental que, por ahora, parece lejano.
Una portavoz de la diplomacia europea en Bruselas declinó formular comentarios a BBC Mundo poco después de concluido el diálogo con Cuba.

"Marco contractual"

El comunicado cubano indicó que en el encuentro celebrado en la residencia del embajador de España en París "se manifestó el interés de la presidencia y de la Comisión Europea en profundizar la cooperación con Cuba y el establecimiento de un marco contractual" con la isla.
Agregó que eso serviría como "base para el desarrollo de las relaciones entre ambas partes".
Mientras tanto, Rodríguez "trasladó la voluntad cubana de negociar un marco bilateral de relaciones con la Unión Europea, que incluya tanto los vínculos políticos como el comercio y la cooperación", indicó el texto.

Pero el canciller cubano afirmó que, para que se mantenga una relación "respetuosa" entre ambas partes, es necesario que "la UE reconozca y trate a Cuba en igualdad de condiciones".
El encuentro en París se realizó en lugar de otro que estaba prevista para abril en Madrid y que se suspendió tras la muerte, en febrero, del prisionero cubano de conciencia Orlando Zapata Tamayo, quien realizaba una huelga de hambre.

Reticencias

La Posición Común hacia Cuba fue aprobada por Europa a instancias del ex presidente del gobierno español José María Aznar, pero ahora Madrid pretende reemplazarla por un acuerdo bilateral de cooperación.

Sin embargo, hay países europeos como República Checa y Suecia que son reticentes a ese cambio, aduciendo que la situación de derechos humanos en Cuba sigue sin mayores transformaciones.
Moratinos admitió a fines de mayo que desconocía "cuál será la decisión final" de la UE en su revisión anual de su política hacia Cuba, ante la necesidad de que haya un consenso para eliminar la Posición Común.

Tras la reunión de Madrid, Moratinos viajaba a Roma con motivo de un encuentro entre el presidente de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el papa Benedicto XVI.
Según medios de comunicación españoles, estaba previsto que durante las reuniones en el Vaticano se abordara la cuestión cubana, ante la impresión deEspaña de que la Iglesia Católica logró avances recientes en el mejoramiento de la situación de presos políticos en la isla.