Venezuela consumista.
Los economistas no están cómodos con el término, los políticos lo usan de acuerdo a su inclinación ideológica, pero el común de la gente habla de ello como si se tratase de una verdad establecida: parece que en Venezuela para ser hay que tener. En ese sentido los venezolanos serían consumistas. ¿O no es así?
Minutos antes de las 11 de la mañana, decenas de personas se agolpan impacientes ante las puertas cerradas del centro comercial Sambil, uno de los más populares de Caracas. Van a mirar, pasear y comprar... A "sambilear", según un verbo de nuevo cuño.Luego, algunos números. Según cifras de la industria, Venezuela se encuentra entre los primeros consumidores de whisky de la mejor calidad del mundo (primer lugar en América Latina en 2008). Venezuela supera a México y Brasil en ventas de celulares Blackberry, con más de 1.600.000 unidades en uso, le dijo a BBC Mundo el experto en tecnología, Froilán Fernández.
Elementos que forman parte de la ecuación, en un país que se dice encaminado a un cambio en el modelo ideológico, alejado del patrón capitalista de consumo y hacia una economía social, centrada en el hombre y no en el objeto.
Con-su-mismo
Yo no estoy dispuesto a seguir dando dólares para importar whiskey en las cantidades que están dando. ¿Qué revolución es esta, la del whiskey, la de los Hummers (automóviles de lujo)? ¡No!
Hugo Chávez
Otros señalan que no tiene sentido hablar de consumismo cuando una buena parte del país no gana lo suficiente para cubrir sus necesidades básicas. "Aquí sí hay consumismo", reza un chiste popular: "con-su-mismo pantalón, con-su-mismo par de zapatos…".
Así lo cree el economista marxista Manuel Sutherland, quien le dijo a BBC Mundo que el discurso oficial contra el consumismo no es más que una coartada para ocultar el problema de la pobreza.
Sin embargo, hay algo de historia y tradición que pareciera no permitir descartar completamente la pregunta que encabeza este artículo. Está ligado, precisamente, al petróleo, principal producto de exportación nacional.
Oro negro
"Hablemos del verdadero asunto, que es el mercantilismo", protesta el profesor de economía del Instituto de Estudios Superiores de Administración, IESA, Hugo Farías, que critica un modelo rentista –también cuestionado por portavoces gubernamentales, como el ministro de Energía, Alí Rodríguez– por el cual el país simplemente gasta aquello que gana por concepto de "oro negro". A barril caro, país contento, y viceversa.Volvió a ocurrir hace un par de años, cuando el barril hizo palidecer los US$10 de finales de los '90 para cotizarse hasta por US$140. El gasto público se multiplicó y el privado le siguió el trote.
"Yo no estoy dispuesto a seguir dando dólares para importar whisky en las cantidades que están dando. ¿Qué revolución es ésta, la del whisky, la de los Hummers (automóviles de lujo)? ¡No!", dijo el propio presidente Hugo Chávez en octubre de 2007.
La explosión del consumo se expresó también en la adquisición, por parte del estrato económico más empobrecido, de hornos de microondas (el número de hogares que lo posee se triplicó), DVDs (se septuplicó), aire acondicionado (se cuadruplicó) y otros productos.
Estos venezolanos, que representan el 53% de la población, vieron elevarse sus ingresos reales por hogar en 132% entre 2004 y 2008, todo de acuerdo con la encuestadora venezolana Datos.
"Más de la mitad del país tuvo dinero constante y sonante para consumir", le explicó a BBC Mundo la investigadora de Datos, Allie Charr. Y para eso parece haberlo usado.
Cambios y "contradicciones"
Hablemos del verdadero asunto, que es el mercantilismo
Manuel Sutherland
Cifras recientes la encuestadora Datanálisis señalan que el consumo masivo no alimentario cayó en un 10% durante el primer trimestre de 2010. El de alimentos retrocedió 3%. Sin embargo, algunos indicadores van contracorriente. El presidente de Consecomercio, Fernando Morgado, asegura que las ventas en el sector de alta tecnología no "están asfixiadas".
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Marisol de Arreaza, indica que no ha disminuido en forma proporcional el número de intervenciones destinadas a embellecer la figura. Aunque a veces esto implique algunos sacrificios.
Las pasadas navidades, el presidente Chávez volvió a fustigar el consumismo. Lo hizo en el contexto de la inauguración de ventas de vehículos e hipermercados de electrodomésticos manejados por el Estado.
La clave de esta aparente contradicción tiene que ver, según explicó, con que estas tiendas se ajustarán a un modelo de "comercio socialista", donde lo importante es suplir una necesidad a un precio justo. Parece implicar que nadie compre si no necesita, y que nadie venda más caro de lo que necesite.
¿Quién o qué determina lo que es "necesario"? ¿Dónde termina la necesidad y empieza el "consumismo"? Alguna de las interrogantes que abordamos en este especial de BBC Mundo.