La improbable historia de un renacimiento en Grandes Ligas
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Por Luis E. Rangel
lrangel@elnuevoherald.com
Inagotable, como el infinito.
Así se siente José Ariel Contreras. El cubano no es el patriarca de los Filis de Filadelfia, porque ahí se encuentra el Matusalén de la pelota, Jamie Moyer, de 47 años. Pero el serpentinero de Pinar del Río, que oficialmente tiene 38 años, no quiere hablar de edad, ni de retiro.
Y su actuación lo justifica
.
Contreras, quien fue uno de los abridores más sobresalientes del equipo nacional de Cuba, ha brillado en el bullpen de los Filis, que ante una lesión de su taponero, Brad Lidge, colocaron al antillano a cerrar los encuentros y su actuación ha sido poco menos que impresionante.
En 16 partidos exhibe efectividad de 0.63 con dos juegos salvados. Su dominio ha sido tal que por cada boleto que ha entregado, ha ponchado a 10 rivales, y encima ninguno de los 17 hombres que ha enfrentado con corredores en posición anotadora le han conectado hit.
Su renacimiento ha sido tan inexplicable que incluso hoy en día está lanzando más duro que nunca, al menos desde que arribó a la gran carpa en el 2003.
"Increíble, después de viejo lanzando más duro'', dijo Contreras mientras soltaba una carcajada. Ahora está promediando una velocidad de 94.5 millas en su recta, casi dos millas por encima de su media más alta lograda en el 2005 (92.9) con los Medias Blancas de Chicago, de acuerdo con Fangraphs.com. "La clave yo diría es que como abridor debes administrar tus envíos. Ahora vengo a lanzar un sólo inning y ahí tiro todo''.
Pero quizás el verdadero secreto, el elixir del rejuvenecimiento de Contreras, es otro. Hace cinco semanas el pinareño logró una de las metas que se propuso cuando se fue de Cuba: traer a su mamá, Modesta Camejo.
"Es lo mejor que me ha pasado después de que vinieron mis niñas. Viaja conmigo y me acompaña a todos los juegos'', manifestó.
Desde que su mamá lo ve con el uniforme de los Filis, Contreras no ha fallado. De hecho, desde hace más de un mes, el ahora taponero de Filadelfia no ha permitido carreras.
Camejo logró salir de Cuba el año pasado y estableció su residencia en República Dominicana. Estando allá, Contreras, quien ya es ciudadano norteamericano, la reclamó.
"Gracias a Dios ya está acá con todos sus papeles'', señaló el orondo hijo, que llegó a pasar más de seis años sin verle el rostro a Modesta. "No sabes como extrañaba su comida. Desde que llegó subí como unas 10 libras, ahora tengo que ponerme a hacer dieta''.
Quizás sea otra persona muy cercana a él quien se encargue de esto.
"Tú no sabes la ayuda que me ha dado Danys [Báez el otro relevista pinareño de los Filis]'', confesó Contreras. "Sin él hubiese sido imposible este paso de la rotación al bullpen''.
Báez, quien llegó a ser una suerte de alumno de Contreras cuando ambos jugaban para Pinar del Río en Cuba, se convirtió en el tutor de su viejo maestro.
"Durante el spring training no me fue bien'', agregó Contreras. "Tenía la mecánica de lanzar perdida. Bueno, en realidad en los últimos tres años no me había ido bien. Cuando llegué, Danys me vio y me dijo: ‘Hey, tú no tirabas así en Pinar del Río'. Y me preguntó si mi brazo estaba bien. Me convenció para trabajar con él y ahí empezaron a salir todos estos buenos resultados''.
Aunque Contreras ha podido burlar a los bateadores, sabe que no podrá hacer lo mismo con el paso del tiempo, aunque al menos en este 2010 lo ha hecho. Aún así, la palabra retiro no resuena todavía en su cabeza.
"La meta mía es estar aquí hasta que pueda. La pelota es mi vida. Amo la pelota, me ha dado todo lo que tengo, y disfruto venir al estadio. Me gusta que mi familia me vea lanzar. Mis amigos me dirán: ‘Contreras ya no tú puedes más, ya tienes que irte para tu casa'. Cuando ese momento llegue desgraciadamente tendré que colgar el guante'', admitió. Al menos por ahora eso se ve lejos.
Así se siente José Ariel Contreras. El cubano no es el patriarca de los Filis de Filadelfia, porque ahí se encuentra el Matusalén de la pelota, Jamie Moyer, de 47 años. Pero el serpentinero de Pinar del Río, que oficialmente tiene 38 años, no quiere hablar de edad, ni de retiro.
Y su actuación lo justifica
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Contreras, quien fue uno de los abridores más sobresalientes del equipo nacional de Cuba, ha brillado en el bullpen de los Filis, que ante una lesión de su taponero, Brad Lidge, colocaron al antillano a cerrar los encuentros y su actuación ha sido poco menos que impresionante.
En 16 partidos exhibe efectividad de 0.63 con dos juegos salvados. Su dominio ha sido tal que por cada boleto que ha entregado, ha ponchado a 10 rivales, y encima ninguno de los 17 hombres que ha enfrentado con corredores en posición anotadora le han conectado hit.
Su renacimiento ha sido tan inexplicable que incluso hoy en día está lanzando más duro que nunca, al menos desde que arribó a la gran carpa en el 2003.
"Increíble, después de viejo lanzando más duro'', dijo Contreras mientras soltaba una carcajada. Ahora está promediando una velocidad de 94.5 millas en su recta, casi dos millas por encima de su media más alta lograda en el 2005 (92.9) con los Medias Blancas de Chicago, de acuerdo con Fangraphs.com. "La clave yo diría es que como abridor debes administrar tus envíos. Ahora vengo a lanzar un sólo inning y ahí tiro todo''.
Pero quizás el verdadero secreto, el elixir del rejuvenecimiento de Contreras, es otro. Hace cinco semanas el pinareño logró una de las metas que se propuso cuando se fue de Cuba: traer a su mamá, Modesta Camejo.
"Es lo mejor que me ha pasado después de que vinieron mis niñas. Viaja conmigo y me acompaña a todos los juegos'', manifestó.
Desde que su mamá lo ve con el uniforme de los Filis, Contreras no ha fallado. De hecho, desde hace más de un mes, el ahora taponero de Filadelfia no ha permitido carreras.
Camejo logró salir de Cuba el año pasado y estableció su residencia en República Dominicana. Estando allá, Contreras, quien ya es ciudadano norteamericano, la reclamó.
"Gracias a Dios ya está acá con todos sus papeles'', señaló el orondo hijo, que llegó a pasar más de seis años sin verle el rostro a Modesta. "No sabes como extrañaba su comida. Desde que llegó subí como unas 10 libras, ahora tengo que ponerme a hacer dieta''.
Quizás sea otra persona muy cercana a él quien se encargue de esto.
"Tú no sabes la ayuda que me ha dado Danys [Báez el otro relevista pinareño de los Filis]'', confesó Contreras. "Sin él hubiese sido imposible este paso de la rotación al bullpen''.
Báez, quien llegó a ser una suerte de alumno de Contreras cuando ambos jugaban para Pinar del Río en Cuba, se convirtió en el tutor de su viejo maestro.
"Durante el spring training no me fue bien'', agregó Contreras. "Tenía la mecánica de lanzar perdida. Bueno, en realidad en los últimos tres años no me había ido bien. Cuando llegué, Danys me vio y me dijo: ‘Hey, tú no tirabas así en Pinar del Río'. Y me preguntó si mi brazo estaba bien. Me convenció para trabajar con él y ahí empezaron a salir todos estos buenos resultados''.
Aunque Contreras ha podido burlar a los bateadores, sabe que no podrá hacer lo mismo con el paso del tiempo, aunque al menos en este 2010 lo ha hecho. Aún así, la palabra retiro no resuena todavía en su cabeza.
"La meta mía es estar aquí hasta que pueda. La pelota es mi vida. Amo la pelota, me ha dado todo lo que tengo, y disfruto venir al estadio. Me gusta que mi familia me vea lanzar. Mis amigos me dirán: ‘Contreras ya no tú puedes más, ya tienes que irte para tu casa'. Cuando ese momento llegue desgraciadamente tendré que colgar el guante'', admitió. Al menos por ahora eso se ve lejos.