SANTO DOMINGO. A Enrique Soto le molesta que llamen buscones a los entrenadores de béisbol que reclutan prospectos y los preparan para el fichaje al profesionalismo. Soto entiende que es un término despectivo que se utiliza para demeritar el papel que ellos juegan en el desarrollo de los jugadores, a la vez que busca quitarle el "derecho" de cobrar entre el 30% y 34% del bono de firma de los jugadores.

A pesar de su bajo perfil y escasa escolaridad, Soto se expresa como un estadista y es un referente entre este grupo de entrenadores. Su nombre trascendió las aguas caribeñas y fue motivo de escándalo cuando en el año 2000, la prensa de Los Ángeles reveló que este banilejo, hoy de 50 años, cobró US$430 mil de los US$1,4 millones antes de impuestos que le tocaron a Willy Aybar como bono de firma con los Dodgers, en enero de ese año.

Las aguas bajaron de nivel cuando el propio Aybar reconoció que sin la ayuda de Soto o una persona que hiciera lo que él hizo no hubiese sido posible desarrollar su carrera, ya que su familia no podría sostenerlo y costear sus entrenamientos.

Además de Willy, antes de llegar a las Grandes Ligas, por las manos de Soto han pasado jugadores como Miguel Tejada, Miguel Olivo, Luis Vizcaíno, Jesús Colomé y Wilkin Castillo y poco más de 100 que han llegado a las Ligas Menores.

Hoy Soto, al igual que sus pares, ve su negocio amenazado por "un grupito de republicanos que quieren frenar la fuga de capitales de las Grandes Ligas". Identifica como cabeza visible a Sandy Alderson, la persona encomendada por las Grandes Ligas para que corrija una serie de escándalos relacionado con la firma de jugadores y con quien trabajó por siete años en los Atléticos de Oakland.

"En ningún momento esa persona tiene la intención de corregir nada aquí, eso no es verdad, esas persona lo que quieren es bajarle el precio al pelotero dominicano", dijo Soto. "Todos los peloteros de US$15 mil pasan las pruebas, ni siquiera son investigados. Esa posición de ellos es para proteger a los equipos de mercados baratos, porque los Yanquis no tienen problema en dar US$3 millones por un jugador".

En su programa, que funciona en el estadio municipal de Baní, Soto tiene reclutados 40 prospectos, que dice le cuestan unos RD$100 mil al mes. Atribuye el aumento del número de jugadores firmados en el país a la depuración y el trabajo que realiza la clase que dice representar, que pudo elevar su nivel de rendimiento con el alza en los bonos entregados en el país.

Firmado en 1981 por los Gigantes de San Francisco, su carrera fue efímera debido a la falta de poder. Pero en el poco tiempo que estuvo en las Ligas Menores desarrolló una tesis que puso en práctica como entrenador y a esto atribuye su éxito como desarrollador.

"En el béisbol habían dos enseñanzas, una para los latinos y otra para los norteamericanos. El latino hacía swing con la mano por arriba, provocaba muchos rollings, el americano hacía swing con las manos por debajo buscando jonrones. Por eso decían que los dominicanos no tenían fuerza. Cuando empezamos a enseñar lo mismo que allá, comenzó la gran producción de categoría", dijo Soto.

Alderson ya anunció a los equipos de las Grandes Ligas que implementará en el país el sistema de información que se usa en los Estados Unidos para hacer los reportes de los prospectos. Soto, al igual que otros colegas, tiene planeado hacer un boicot, evitando que sus principales prospectos asistan a las exhibiciones que tiene contemplado implementar la MLB.

De entrada, Soto entiende que los más de 500 escuchas dominicanos perderán sus empleos.

"Este negocio es bueno, pero es cuando recibes un bono bueno y te retiras. Cuando recibes un bono y sigue el negocio te lo absorbe, no importa la cantidad de bono que sea. Si me gano US$300 mil con un pelotero quedo rico, pero si salgo del negocio".

¿Y por qué usted sigue y no se retira? "Uno siempre tiene la oportunidad de conseguir dos peloteros buenos. Nunca la había tenido y este año la tengo. Me firmaron un receptor colombiano (Jorge Mario Alfaro, en enero con Texas) en US$1,3 millones, y tengo otro que está cotizado parecido o por encima".

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